LA UCR DE MACHAGAI: NI CON TODOS LOS MONSTRUOS, ARMAN UN FRANKENSTEIN

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En la política, a veces se necesita juntar piezas sueltas para construir algo que camine, aunque asuste. Pero en Machagai, ni con todos los monstruos, la UCR logra armar su propio Frankenstein. Mientras el radicalismo avanza a nivel provincial, capitalizando el desgaste del peronismo, la fractura interna de sus dirigentes locales los condena a tropezar una y otra vez, justo cuando más necesitan consolidarse.

Los números son contundentes y pintan un cuadro insólito: en Machagai, el peronismo logra resistir. El Frente Chaco Merece Más, liderado por Jorge Capitanich, obtuvo 4.967 votos contra los 4.595 que sumó la lista oficialista del gobernador Leandro Zdero, encabezada por Julio Ferro quien representaba a la alianza Chaco Puede + La Libertad Avanza. Es decir, a pesar de un escenario provincial favorable para el radicalismo, en la ciudad de las diagonales, el PJ sigue marcando territorio, aunque esta vez el cinto se achicó luego de tantas palizas electorales.

Y esto, más allá de los cerca de 400 votos de diferencia, habla de otra cosa: el radicalismo local no puede capitalizar el contexto provincial. En las elecciones generales de 2023, Zdero vencía a Capitanich por 46,20% a 41,76% a nivel provincial. Ahora, en estas legislativas, con menor participación (53%), el oficialismo de Zdero obtuvo 45,16% y el capitanichismo 33,66%. Hasta ahí, todo parece indicar una consolidación del gobierno. Pero Machagai se muestra como la excepción incómoda, siendo que en varias localidades tradicionalmente adheridas a Coqui, lograron revertir esta situación.

¿Por qué? Porque la interna radical no da tregua. Viejas heridas, disputas territoriales, egos en pugna y peleas por “bolsitas de mercadería” (además de proyectos que no dialogan entre sí), han convertido a la UCR local en un laboratorio de autoboicot.

Al tenso episodio entre un concejal del radicalismo local y los candidatos provinciales que recorrieron Machagai, se le suma la falta de liderazgo del presidente partidario Hugo Báez (referente del Gobernador), el rechazo que causa su ineficaz forma de convocar y otros malestares que causa en la dirigencia local, es solo la punta del iceberg. Los cruces, desautorizaciones públicas y agendas solapadas hacen que el radicalismo machagaiense se pelee más entre sí que con sus adversarios políticos.

Y en ese desconcierto, el intendente peronista Juan Manuel García sobrevive —y gobierna— con menos esfuerzo del que requiere resistir un verdadero desafío político. Si bien en 2023 el peronismo había logrado 8.229 votos y ahora bajó considerablemente (como toda la participación electoral, que cayó del 68,84% al 49,16%), aún así logra imponerse. Tal vez no sea por mérito propio, sino por los errores del otro, o simplemente porque él no fue el candidato y la principal figura a mostrarse fue la de su Jefe de Gabinete, Willy Gonzalez, quien no representa ni por cerca la adhesión que el pueblo tiene con Juanchi.

Lo llamativo es que, a nivel provincial, el radicalismo logró equilibrio en la Legislatura: 8 bancas para Zdero, 6 para Capitanich y 2 para el espacio disidente “Primero Chaco” que lideran Magda Ayala y Atlanto Honcheruk. Zdero, por ahora, evita quedar en minoría. Pero en Machagai, su capital político vale poco si la tropa local no responde.

Igualmente hay dirigentes de la localidad que hacen un gran esfuerzo por intentar limar asperezas y unir las partes de un gran rompecabezas, como el Concejal Ortíz que conoce en profundidad las discusiones de la rosca politica y los enojos de años atras que aún resuenan, al igual que Daiana Céspedes que reordenó y reorganizó la campaña cuando todos querían tener “bolsitas de mercaderías”, poniendo control a un trabajo que evidentemente los demas referentes directos de Zdero no saben hacer o no quieren hacerlo porque quieren demostrar quien la tiene mas larga. En definitiva son tantos los dirigentes enojados, los moustruos historicos que no pueden juntarse… porque ni con todos los monstruos políticos locales logran armar ese Frankenstein capaz de competir, de asustar, de encarnar poder.

La paradoja es brutal: la UCR gobierna la provincia, tiene gestión, tiene estructura, tiene el viento a favor. Pero en Machagai, sigue caminando como un monstruo sin cabeza, sin cuerpo, y sin estrategia. Y en ese limbo político, el peronismo sobrevive. El poder no siempre se conquista. A veces, simplemente, se hereda de la incompetencia del otro.